jueves, 24 de junio de 2010

A veces la heridas cierran, y las historias... no se?

bueno, después de debatir consigo entre volver y terminar su historia, o dejar todo como estaba; optó por lo primero.
Su madre siempre le había dicho frases como lo que empiezas lo terminas, lo que ensucias lo limpias, lo que desarmas, tendras que armarlo; y tantas otras que en ese momento no vienen al caso.
Erika decidió que ya no podía seguir escondiendose de todo, de lo que sentía o lo pesaba con Cruz, ya no podía mantenerlo en su cabeza, en su corazón sin hacer nada.
Porque para bien o para mal, las cosas hay que cerrarlas. Sino siguen ahí indefinidas, inconclusas, vagando, llenandonos de miedos de temores de ansiedades; que resulta ser que al final no eran o sí tan graves, tan así como las habíamos imaginado.

Así que después de ese abrazo, ese último abrazo, ya habían pasado dos días.
Días que parecían una eternidad, donde el tiempo era lento y silencioso. solo escuchaba ella los latidos de su corazón y cerebro que le decía volvé con él...

En esos dos días no pudo casi comer, no pudo dormir, estaba realmente fuera de sí, y lo peor, sabía que tendría que jugarse por algo, por un si o un no, y que de ella dependía lo que en adelante sucedería.
como odiaba Erika este tipo de situaciones, decidir... era para ella un problema, siempre; se sentía como que eligiendo algo perdí por completo o lo que dejaba de elegir. Y lo peor es que esto le pasaba no solo frente a este tipo de circunsatncias sino, con la mas minima elección; café o té.. Era insoportablemente insegura.

Pero esa mañana se dio cuenta de que ya no podía ser así, de que no podía dejar que otros decidieran su vida, o lo que es peor que nadie... que el viento, el tiempo, la nada, la llevara de un lado a otro.

Y sí, amaba a Cruz, a pesar de su indiferencia, lo amaba, lo supo; aquella vez, que fue a su casa y que lo sintió inseguro, vulnerable.
Ella, que creía tener siempre todo tan claro, en estos meses experimento un gran vacio, por estar lejos, con poco trabajo, pero mas que nada por estar sin el, por no saber que le pasaba a él. Y a pesar de que su cabeza haya inventado la escusa de visitar a su padre, ella lo unico que quería era verlo de nuevo.
Y ahora se daba cuenta...
Lo necesitaba, había sido lastimada por Cruz, pero también lo había echo sufrir.


Ahora se daba cuenta de todo, y por fin decidió que quería estar con él, que quería compartir su vida con él, donde sea, pero junto a él.
Tan pronto como se iba envalentonando y escuchandose en su pensamientos, se ponía un jean y el saquito más lindo de su armario, unos zapatos color crema, maquillaje, una cartera, plata, llaves, aros; y partio en su bici a verlo.

Esta vez Cruz estaba en su casa, parecía haber estado llorando y pensando algunas cosas. Al verla, empezo a llorar, y sus lagrimas no paraban de caer sobre sus mejillas. No podía contenerse, ni hablar, lloraba.
ERika lo miró dos segundos, y se enterneció. Nunca había visto llorar a un hombre así.
Lo abrazó, le besó la cabeza, luego los ojos... Susurraba en sus oidos que la perdonara, que lo amaba, que siempre lo había echo sufrir, pero que quería estar junto el.
Cruz seguía llorando, pero lo abrazaba tiernamente.
Se sentía avergonzado por estar así no quería levantar su mirada.
y así estuvieron un buen rato, ella diciendole que lo amaba mas que a nadie; y el lentamente con su rostro cubierto de lagrimas.


Al terminar su llanto Cruz, la miro a Erika y la abrazo con toda la fuerza de sus brazos. Erika que en otro momento se hubiese sentido invadida; ahora no quería dejar de sentir sus brazos en torno a ella. Y mirandola con dulzura le dijo que la amaba, y que no quería volver a separarse de ella nunca mas. Que arreglarían todo para que pronto se mude a su casa, que seria su nueva casa, su hogar; y que buscarían empleo en el pueblo.
Erika no podía dejar de mirarlo mientras hablaba con tanta dulzura y determinación a la vez. No podía parar de observar su boca... y le dio un beso, para que ya no hablara, porque no aguantaba un minuto mas.

Esa tarde cenaron en el jardin, abrazados, riendose, recordando y recriminando cosas, peleas que obviamente terminaban en mas besos...

y Cruz le propuso pasar la noche alli. Erika lo miro asustada, sorprendida, no sabía que contestar. Realmente quería, pero...
Cruz la miró con picardía, haciendose el no entendido, y que ella habia mal interpretado su ofrecimiento.
Le dijo, mira Eri yo quiero que esto sea en serio, nada de situaciones embarazosas, o indebidas antes que nos casemos, porque yo quiero que nuestros hijos vivan con sus papas unidos, sin peleas, y casados, asi que...
y ella luego de querer reprenderlo por haberle hecho pasar el mal momento, se quedo muda... si, otra vez, pero esta vez de alegria.

Cruz, quiero, no dormir hoy con vos, (y lo dijo lentamente y guiñandole un ojo), sino dormir todos los dias de mi vida. Quiero, Quiero. Te amo y quiero casarme y tener hijos y vivir con vos. Te amo, mi amor.

Bueno, esa noche despues de terminar de comer y hablar, Cruz la acompaño a su casa en auto. No querían separarse, solo deseaban estar abrazados los dos por siempre. pero creyeron que sería mejor esperar un poca más, total ahora si ambos sabían cuanto se amaban.

Y asi termina esta historia, cada uno regresando a su casa, tratando de revivir todo lo vivido esa noche. La noche mas feliz de sus días, donde han descubierto su alma. Donde han decidido amarse por siempre.

FIN