sábado, 24 de abril de 2010

el abrazo



Minuto desconecto. instanse detenido.
Alguien que se da. Alguien que recibe.
Alguien que envuelve y alguien que se deja o no abrazar.
Una caricia, calor, un refugio.
un instante que puede durar una eternidad.

Un momento, una decision.
aceptación o rechazo.
un regalo, un darse.
Un compartir o guardar.

No se pide, si se anhela.
Simplemente se da.
hay abrazos que nunca llegan,
hay otros que no se ven, pero estan.
pero hay tantos por darse, si te animas.

hay tiempos para darlos,
y otros para recibirlos.
pero siempre si uno quisiera
al menos lo puede brindar.

como cambia la vida
si se siente abrazado.
querido, amado, valorado.
y como cambia uno si es capaz de abrazar.

es aceptarse, y aceptar.
es mas que una palabra de aliento.
es un sentirse querido,
y sentir que uno mismo tambien puede dar.

lunes, 19 de abril de 2010

una decision

Y ahi estaba, su cabeza no paraba de pensar, en si huía, en todas las cosas que tenía que cambiar. En todos los esquemas que se había dado cuenta no servían, Le hacían mal.

Así que dijo basta. "Voy a ir ya mismo a verlo. No puedo irme otra vez, y quedarme con estas dudas. Si me dijo que había razones, al menos quiero escucharlas. Necesito entender algo."
Y fue así, se vistió. Se puso su pantalon azul, y una camisa a cuadros, se calzó las zapatillas. No estaba muy arreglada, no se pintó, ni nada de eso. simplemente se arregló un poco. Tomó su bici, y empezó a pedalear hacia la casa de él.
En todo el camino no paraba de preguntarse qué estaba haciendo, què diría el cuando la viera llegar. Dudaba en retornar a casa, pero se era una decisión tomada. Su primer decisión en bastante tiempo; y no iba a cambiar de parecer. Por algo sentí que tenía que verlo antes de irse.

Detuvo la bici en el jardín, y tocó la puerta.
De repente se sintió muerta de calor, apunto de desmayarse. Todo empezaba a girar a su alrededor.
Nadie respondía, volvió a intentarlo; y nada...
Bueno, se dijo, lo intenté; pero está visto que no tenía que darse. Por unos minutos respiro y su malestar y mareos empezaron a ceder.
Ya está. Yo intenté aclarar...

En eso vio venir caminando a Cruz. No estaba en casa. Venía de pasear a su perro.

Erika no tenía prevista esta posibilidad. Al verlo, sintió de nuevo ese nudo en la garganta. Pero estaba ahí, en la puerta de su casa. Algo tenía que decirle. Y bien sabía ella todo lo que quería decirle. pero...

Cruz la miró extrañado, sabía que estaba ya por irse, y no entendía que hacía ella allí. erika le pidió de entrar; y hablar.
El todavía sin poder creer lo que escuchaba, y con una leve sonrisa en sus ojos, entendiendo lo dificil que era para ella estar atravesando esta situación, abrió la puerta.
Entraron, y de pronto se cerró la puerta y un silencio se expandió por el living.

Cruz vivía solo desde hacía un año ya. La casa era pequeña, pero tenía un jardín increíble lleno de flores y arboles. A Erika le encantaba sentarse en las hamacas y hablar con el, durante las noches, mirando las estrellas.

Hacia tanto que no pisaba esa casa. erika se sintió rara. Había pasado muchos momentos en ella.
Y sin hablar, el se puso a preparar unos mates, mientras sacaba de la alacena algo para comer.
Erika se sentó en el sillón. y lo miraba. No entendía su calma. Ella estaba muerta se miedo, pero él...

Bueno, dijo. Aca estoy Cruz. Mira mañana me voy a casa. Y estuve pensando en que no quería irme sin decirte algunas cosas.
Cruz la miraba, sin hablar. El seguía buscando en la cocina la yerba, la bombilla.

Y ella, parecía hablarle a una pared. Que estoy haciendo? se preguntó. Soy tan tonta.

El sabía que tenía que dejarla hablar, que ella necesitaba poner en palabras todos sus pensamientos con respecto a él; asi que no pensaba aflojar.

bueno, sabes. No soy tan fuerte como parezco. Tengo miedo, en este momento no tengo la menor idea de lo que voy a decir, me siento muy mal, no se que sintis vos, no se que estas pensando... Te juro que no me agrada estar sentada aca, esperando recibir explicaciones, que no se si me vas a dar, esperando entender algo...
Pero se que necesito hacerlo, se que necesito verte antes de volver a irme. Necesito que me digas que paso.
Por que cada vez que empieza el día, sigo pensando en vos, aparece tu cara, tu voz, en mi mente. Y no se porque. Trato de olvidarte y no puedo. Y juro que te odio, que ya supere todo, pero te ví... y me di cuenta de que no te olvide..
no se si te odio, no se si te quiero, si tengo miedo. Si eso, sí. Tengo miedo. Pero no se de. de que no me quieras, de que nunca me hayas querido, de que me quieras...
y no puedo seguir así. No quiero... asi que necesito que me digas por que te olvidaste de mí, y por que me besaste ayer. Que soy yo para vos? que lugar ocupo en tu vida? no se... necesito que digas algo.

Cruz, no podía creer lo que escuchaba, la veía por fin tan transparente, sacando afuera sus miedos, sus problemas.
El también tenía miedo. Miedo de lastimarla, de no saber ayudarla, de no entenderla. Y tampoco se lo había dicho nunca.
El la quería mucho, se había enamorado de ella, pero no sabía que pasaba en su corazón. no sabía porque ella nunca le demostraba su amor. No sabía de todos estos miedos, ni que el seguia ocupando parte de sus pensamientos.
El mate se le callo, la yerba quedo desparramada por el piso. Estaba nervioso, era su turno de hablar y el corazón empezó a latirle rapidamente. Se sintió tonto, corto de palabras, torpe. No esperaba este momento.
Tambien tenía miedo.

Erika, le dijo.
Vos sabes que yo te quiero mucho, sabes que siempre te traté de demostrar cuanto te quería.
Yo tambien tenía miedos, y los sigo teniendo. Tambien sigo pensando en vos y en que pasó entre nosotros.
Pero es que de repente, sentí que te alejabas tanto, que no querías que estuviese a tu lado, sentí que no me querías, que no me amabas. Erika nunca me lo decías, nunca me sorpredías con un te quiero, con un beso. pensaba que no te gustaba, no se...
y de repente sus ojos, se levantaron y la volvió a mirar.
Cuando te fuiste, le dijo. quede destrozado. Pero no sabía que hacer. Te vi tan segura, tan feliz, con tus proyectos; pero yo no entraba en ellos; y eso me entristeció. Sentí que te perdía, y que era el momento para ver que te pasaba a vos, si me extrañabas, si querias estar conmigo.
Y nunca me llamaste, no volviste, y como iba a saber yo que todavia pensabas en mi?

Y cuando te crucé. Sentí todo de vuelta, pensé que volvía porque me querías, porque eso te di un beso. Pero te fuiste. Y me di cuenta de que ya no era parte de tu vida.
Ya no puedo sentirme asi, se que va a ser dificil olvidarte, pero me demostras en todo momento que no me amas; y yo necesito que alguna vez me digas que me queres. pero veo que no va a pasar nunca.
A mi me duele, porque pense que iba a ser distinto. Pense que lo nuestro iba a ser para siempre.
Y no se si puedo estar con alguien que se esconde de mí, que se escapa, que esquiva mis besos. No, no puedo.
Y unas lagrimas empezaron a caer de sus ojos.

Erika tenía un agujero en el pecho, jamás lo había visto llorar. Sintió ganas de abrazarlo, pero no sabía si sería oportuno, no sabía que hacer, que estaba bien.

y empezaba a dudar de todo, como siempre; pero esta vez, decidió correr hacia el y abrazarlo.

hoy

Este día era decisivo para Erika. Mañana retornaría a la Plata; y tenía tantas cosas en su cabeza dando vueltas.
La falta de trabajo, sus clases esporádicas a Ester, su soledad en la ciudad; y a contracara el empezar a poder recordar a su madre, el volver haber visto a Cruz. Y todavía quedaban tantas razones y actitudes de él que no entendia, que no quizo escuchar. Pero aun sentía que había algo no resuelto entre ellos, y que ella no podía cerrar esa parte de su historia.
En cada lugar que estaba, su nombre y su imagen se le aparecian. Era insoportable no entender qué había pasado. Porque él la había dejado, pero ahora... parecía que había motivos, que por supuesto ella desconocía.

Estaba cansada, no tenía ya animos ni ganas de nada. Había perdido las fuerzas. Por primera vez se sintió vulnerable, débil, y encima por primera vez se había mostrado así.
Erika jamás demostraba sus sentimientos, parecía estar siempre contenta, alegre, con fuerzas y energía para todo lo que se le presentaba. Nada era un obstáculo para ella, o al menos así todos lo creía.
No es que no se sintiera a veces insegura o con miedos. Al contrario la mayoría de las veces, salía tan malhumorada, tan defraudada de las situaciones. Pero una coraza, sobre todo en estos ultimos años le impedían manifestarse así. simplemente como se sentía.
Era tan exigente, con miedo a que la amaran, o a que no la amaran, a que la lastimaran. Por dentro sentía una gran necesidad de que alguien la ayudara. le apoyara, le diera fuerzas y la reafirmara. Dependía de la opinion de los demás.

Erika se dio cuenta, de que tenía que solucionar bastantes de cosas en su vida. Que el asunto con Cruz era solo parte de este problema. Pero había algo mas, en su cambio repentino de casa, en sus escasas relaciones sociales, en la falta de un rumbo claro.
De pronto parecía que toda su vida se desvanecía. Estaba perdida. No sabía quien era, quien quería ser y con quien estar. Pero como? se preguntaba, como puede de un momento a otro venirse todo abajo.

Mañana era su ultimo día en el pueblo, en su pueblo, y tenía que volver a casa. Sabía que iba a estar sola, sin trabajo. Pero lejos de Cruz, él ya no podría lastimarla. Eso era lo único que la aliviaba.
En el fondo empezaba a darse cuenta de que esta era una excusa, para no resolver la relación, para no escuchar sus explicaciones. Pero creía que al final aquí o allá las cosas seguirian igual. Seguiría pensando en el?

Lamentablemente, y a su pesar, se dio cuenta que el haberse marchado, no fue mas que huir de sus problemas, y que ya no podía seguir huyendo. A donde más ir?
Hoy es el día en que tenía que tomar una determinación. Seguir escapando de los problemas, seguir ocultando sus miedos; o empezar a permitirse temer, equivocarse, manifestar sus pensamientos. La cuestion era amarse; y lo dificil y riesgoso dejarse amar; y empezar a ser ella.

jueves, 15 de abril de 2010

conociendose...

Y asi pasó el tiempo.
Siguieron saliendo, y rapidamente la relación o amistad se fue convirtiendo en un noviazgo, sin carátula, pero fueron novios.
Salieron mucho con sus compañeros de curso, fueron a fiestas juntos, y demás programas que iban surgiendo.
Hasta el día que Cruz la invitó a su casa, quería que su madre y hermanos la conocieran. La familia de Cruz era muy grande, su padre los había abandonado de chicos y jamás lo veían. Cruz era el menor de cuatro hermanos, todos casados y con hijos.

A Erika, que pertenecía a una pequeña flia., ella y su padre, la asustó la idea de conocerlos. Dió varias vueltas al asunto e inventó tantas excusas... Esa era una de sus formas de evadirse de los conflictos. En seguida, respondía con un estoy tan cansada, o tengo que trabajar demasiado...
Cruz, no era tonto; y ya comenzaba a aprender, cuando ella quería una cosa aunque decía otra. Ya era conciente, desde el principio, de que con Erika tenía que ser paciente, tenía que saber escucharla. y sobre todo, entenderla.

Pero él, no era paciente, no era dulce, era brusco, era terco, y decidido. No sabía explicarse bien, no sabía como tratarla. Y eso lo desesperaba.
Así que varias veces discutían por esto. Y así fue su primer pelea, en la que finalmente Erika conoció a la familia de Cruz.

Y como siempre, sus miedos (que nunca admitían) desaparecían después de ver como eran, y también darse cuenta que Cruz había hablado tanto de ella.
El trataba de ser lo mas cariñoso con ella, tomarla de la mano, hasta había intentado besarla.
ahh, como le costaban a Erika esas situaciones, todos mirandola. que momento terrible fue aquel. Ella, que ponía excusas, de ayudar con la mesa...

Y Cruz la conocía, y jugaba un poco, sabía que le molestaba, entonces se volvía más demostrativo... mi amor,,, mi vida... les conte que Erika...
Y ella lo miraba con ganas de ahorcarlo. Pero se contenía, siempre mostrandose fuerte..

Esa presentación fue clave. Salieron de la casa, y Erika lo miró y le dijo simplemente: mi vida...??? les conté... Sabes que Cruz, creo que no nos vamos a llevar nunca bien. Sos tan... bruto, tenes tan poco tacto. Creo que va a ser mejor dejar esto...
Y Cruz, la agarró y la abrazó, diciendole, qué pasa? acaso no soy yo tu vida? no huyas de mi... no huyas. te adoro. Porque nunca podes estar relajada? Por que sos tan dura con todos? y con vos? Yo te adoro mi princesita... y mi familia... es mi familia. Queria que te conocieran, porque sos especial para mí. y lo que a mi me hace feliz lo digo y lo muestro. Solo eso.
que pasa? Yo se que son miedos, si Erika, tenes miedos, nunca los hablamos, y se que nadie quiere contar lo que realmente le pasa, me mi vida, soy yo; y cuando quieras puedo escucharte. quiero escucharte. Confia en mí.
Se que me amas, asi que no me dihas que esto termina aca...
Se que soy bruto, y otras cosas, pero se que me amas y se que te amo.
Te amo Erika. TE AAAAAMO. No se si lo demuestro, no se que hacer para decirte que te amo.

Y ella, que estaba entre sus brazos, ya se había derretido, solo con el abrazo. Y escucharlo hablar así. Tan seguro, tan... Ella lo frenó con un beso, y así consiguió que dejase de hablar; porque odiaba escuchar esas palabras tan cursis, aunque por dentro sentía la necesidad a veces de que se las diga.

Y asi eran sus discusiones, un tire y afloje. un conocerse y aceptarse. Y asu fue dandose su relación.

miércoles, 14 de abril de 2010

momento de aclarar los pensamientos

Erika llegó a su casa, saludo rapidamente a su padre, y le comunicó que no comería esa noche, necesita descansar. Subió a su cuarto.
se tiró en su cama. Y empezó a recordar las escenas de ese día, particularmente su encuentro con Cruz.
No podía entender, como no lo había borrado de su mente, a pesar de todos sus intentos, de tratar de aparenter el haber superado esa etapa, el haberlo visto la había dejado turbada, indefensa, y ahora no entendía nada. El le declaraba su amor, ´tenía explicaciones por dar.


Pero todo había sido complicado, todo había terminado tan mal, tan repentinamente. Su mudanza a La Plata.

No tenía ganas de pensar, pero esta situación la sobrepasaba, y necesitaba recordar cómo habían terminado las cosas hacía ya tres meses.

Se habían conocido en el curso, con idas y vueltas, ella siempre tan perfecta, tan segura, tan aplicada, esa la imagen que transmitía a todos, por dentro sentía una gran timidez, un temor desmedido a enfrentarse a un nuevo grupo, un curso divertido pero numeroso. Allí conoció a Diana, su gran amiga, su oído, con quien podía hablar de todo lo que realmente le pasaba, y allí también conoció a Cruz.
Este no le manifestaba ningún interés, aunque varias veces se sentía observada durante las clases por él. Pero él era así con todas, canchero, entrador, no paraba de fijarse en cada una de las mujeres que integrabamos el curso.
Encima su primera impresión de él, fue que era totalmente arrogante, engreído e inmaduro. No le gustaba nada, ni como hablaba ni como discutía simpre en los debates de clases, queriendo tener la razón.

Pero bueno, despues sucedió la cita a ciegas en el cine, ideada por Diana; y poco a poco, muy lentamente ambos llegaron a conocerse un poco más.
Fue difícil, Erika jamas había salido con un hombre, y Cruz si tenia experiencia en el trato con las mujeres. Su perseverancia en conquistar a Erika, sus frases cursis, que tan nerviosa la ponian a ella, todo esto fue desvaneciendose en las primeras salidas que tuvieron. Y ambos llegaron a conocerse y abrirse uno al otro.

Erika le contó de la muerte de su madre, de sus ideas de estudiar Arte en la ciudad, de sus sueños más profundos y secretos. Realmente llegó a abrir su corazón a Cruz.
El tambien tenía una vida complicada, era filósofo, y siempre se cuestionaba todo, esta en un momento especial de su vida, nunca había ejercido su profesión y trabajaba en un mercado de cadete. Pero estaba harto de esto, y no sabía como seguir con su vida, que pasos dar. Acaba de terminar una relación de tres años, con planes de casamiento. Su novia lo había dejado dos meses antes de la boda y ahora había vuelto al mundo social.
Erika no podía creer, escucharlo. Parecía otra persona, podía hablar seriamente y hasta sintió algo especial, algo que nunca había sentido por nadie. Quería ayudarlo, pero también quería conocerlo.
Con cada salida los preconceptos que ambos se tenían fueron cambiando 180º grados. Ahora compartían caminatas, gustos, peliculas y programas. Se divertían mucho juntos.
y asi salieron durante un mes, todas las semanas se veían o hablaban. Mas alla del curso de filosofía que ambos compartían.
Alli nadie sabía nada de lo suyo, mantenian reservado sus salidas. Fue un acuerdo entre ambos, total no había compromiso, unicamente salían como dos amigos.

Pero una semana en una de las salidas, Cruz la invitó a comer un pic nic junto al río. Erika aceptó, pareciendole divertida la idea.
El se ocupo de todo, de llevar comida, bebidas, un mantel. Erika no podía creer el despliegue de cosas que había preparado, y mientras comían y reían el se acercó a ella, y la miró... Erika no entendía o no quería entender que estaba por pasar.
Pero el fue directo a sus labios y le dio un beso, tan dulce, tan inesperado.
Erika, que nunca había estado con otros hombres, no supo como reaccionar, que hacer, que decir. Era su primer beso. El primero. No sabía si estaba bien, si estaba mal, que debía hacer o decir, un escalofrio la atravesó completamente.
Lo único que sabía es que amaba a Cruz, pero amar ella, a él?? si no sabía lo que era el amor, si nunca nadie la había querido.
No lo sabía, pero ese beso fue el comienzo de un romance, de un noviazgo, de una aventura.

martes, 13 de abril de 2010

Y callo la ficha

Despues de ese encuentros quedaron en volverse a ver el día siguiente. Facundo llegaba por la noche del campo, y mañana pasarian un día juntos, los tres juntos.

Erika, que se sentia ya desahogada y renovada por la escucha y consejos de Diana, agarró su bici, y emprendió su vuelta a casa.
Mañana iría a hablar con Cruz, ya lo había decidido. Mañana sería el día.

Pero mientras pedaleaba, sintió de pronto dos luces de un auto que la encandilaban.
Realmente no entendía que sucedía. Hasta que el motor se apagó y con ello las luces y quien salió del auto era no menos que Cruz.
Ccc ... Cruz. Eso fue todo lo que salió de su labios. Estaba atónita nuevamente.
Hola, preciosa. como estas? que haces aca? El le dijo.

Lo odio, asi como si nada, preciosa, ahhhhh tres meses. todo eso circulaba en su cabeza. Mientras lo miraba. Estaba tan lindo, bastante más flaco que desde la última vez. Esos ojos, y esa risa...
Concentrate. Erika por favor, concentrate. No te dejes atrapar por esto. Ya sabes como es, no te ama. ya lo sabes...

Muy bien. Acá estoy, respondió. Vine a visitar a mi padre y pasar unos días con el.
El la miraba de pies a cabeza, con esa mirada que parecía escanearla y ver todo su interior. Se sintió como depronto, desnuda. Como que él podía leer sus pensamientos y que sabía realmente que le pasaba.

Asi que se enderezó, e inmediatamente lo miró a los ojos, con una mirada fría y dura. Y le dijo que pensaba irlo a buscar mañana, y que no contaba con este casual encuentro.
sin dejarlo emitir ninguna palabra le dijo que por qué jugaba con ella, por qué nunca la había llamado, que era un desconsiderado y que por favor no la buscase nunca mas, ni se le acercase, porque no quería verlo, oírlo. No quería nada con el.
Le dijo que estaba feliz en la ciudad, con su nueva vida y amigos. que todo estaba resultando como ella lo esperaba, y que el cambio que había buscado superaba sus expectativas, y que su trabajo era fascinante... y ahí empezó a flaquear, porque lo que empezaba a salir de su boca ya no era verdad.

Cruz, la miraba, y escuchaba sin decir nada.
Pero cuando, en ese instante ella calló, la tomó de las manos. la agarró muy fuerte. y la miró. luego la soltó. todo sin decir nada.
Erika comenzó a violentarse, estas situaciones y reacciones de él la crispaban. Con que derecho tomaba así sus manos. Y al borde de un llanto, sin poder mirarlo ya mas, le dijo que se iba. Y que la charla entre ellos había terminado.
Se apresuró a buscar su bicicleta, pero estaba aturdida, y tardó bastante en reponerse y subirse a ella.

Cruz, le dijo muy despacio: no te vayas Erika. Te amo. Te necesito. Te...

Erika levantó su mirada, llena de enojo y odio y le respondió: que te pasa? No me digas estas cosas, cuando los dos sabemos que no es así, no me amas, no me buscaste, no llamaste, y fueron tres meses. Tres meses en lo que esperé una carta, un mail, un llamado, algo. Tres meses en que estuve completamente sola, en una ciudad que no conocía, sin trabajo, casi sin plata para mantenerme... Eso no es amor. Así que no me digas ya mas nada. Porque no hay excusas, no hay pretextos, me abandonaste, te olvidaste de mi. Excelente. ahora yo quiero empezar a rehacer mi vida. Asi que lo único que quiero es no verte, no te quiero ver, no te quiero... Y su tono de vos empezaba a subir. Parecía alterada, al borde de un ataque.

Cruz,la abrazó y la besó.

Ese beso, robado a al fuerza, pareció durar una eternidad.
Erika que al principio se resitía, al tomar contacto sus labios con los de él, todos sus argumentos parecieron derrumbarse.
Unos minutos después, tomó valor, y lentamente comenzó a separse. Su enojo era todavía mayor, ya no sabía que decirle, y salieron de su boca dos palabras: te odio.

Tomó su bici, esta vez rápidamente, y comenzó a pedalear por la calle.
El le gritó que espere, que tenía que hablar con ella, que contarle como habían sido las cosas, sus razones...
Ella no miró atrás, ni respondió a nada, solo pedaleaba. Y anduvo un largo rato hasta por las afueras, esperando calmar su enojo, reflexionar sobre lo ocurrido, y limpiar las lágrimas que empezaban a correr sobre sus mejillas.

¿que hice? que estupida! lo odio, lo odio.
y ese beso, con que derecho me tomaba asi, con que derecho me besaba...
ese beso... como extrañaba sus besos... pero ¿que voy a hacer?

A cara y cruz

Era la tarde. Erika había pasado un día agitado, recorriendo todos los lugares de su pueblo, y ocupandose del jardin de su casa. Que extraño, sonaba, ya no era su casa, sino la de su padre.
Amaba ese jardín, los rosales, las hortensias, las jazmines y todos los arboles que habían en él. Extrañaba echarse a dormir o leer bajo el bananero. Hacia cuanto no dormía siesta. Asi que cuando llego de sus andanzas en bici, se postró bajo el arbol a leer una novela que una amiga le había prestado. Y como de costumbre, leyó poco mas de un capítulo, y se durmió.

Una hora despues, despertó, renovada y ansiosa por visitar el centro y especialmente por caminar por el camino de la rivera. Asi lo decidió, buscó en la alacena algo rico para comer, y salió nuevamente, pero esta vez a pie.

No podía creer sus ojos, lo que veían, su pueblo, Macachin, tranquilo, el azul de ese cielo de atardecer. El sol que empezaba lentamente a ocultarse. Y ella ahí.
Estaba feliz. LLevaba consigo su cámara de fotos, siempre lo hacía, por si encontraba algo que despertase esas sensaciones de belleza, de paz que buscaba en rostros, paisajes y en todo. A pesar de esto, rara vez se animaba a fotografiar, había algo que la frenaba justo en los momentos o situaciones que con sus ojos captaba.

Recorrio la plaza, el hotel viejo, la estatua de una mujer simbolizando la patria libre que amaba. La Iglesia, la escuela en la que había estudiado; y la unica universidad de la zona donde se recibio de Bellas Artes y donde habia realizado el curso de filosofía y conocido a tantos amigos y a Cruz.

Se detuvo un tiempo en la puerta y recordó algunos momentos, como cuando sin pensarlo aceptó salir con Cruz, o cuando su amiga Diana le dijo de ir al cine, y cuando llegó al mismo, no estaba ella sino El. Pero ninguno de los dos sabía del engaño de Diana.
Recordaba es situación, la cara que puso al verlo, no entendía nada, no le salía las palabras; y él simplemente le había dicho: esperaba a otra persona, pero veo que no va a venir. Te invito a ver la película. ¿Queres?
Muda, atónita, tartamudeando, finalmente salió de Erika un: está bien.

Que tonta soy, como no poder hablar. Está bien, No!!! alguien me habia echo una trampa, Diana, lo sabía. Yo le había dicho que nunca saldría con Cruz...

Bueno, muchos instantes, conversaciones, algún beso, todo parecía volver.

No puedo seguir así. se decía Erika. Cruz no me quiere, se divirtió conmigo, y no ose hasta donde no jugó, y yo me enganche, y ahora no puedo sacarmelo de la cabeza, y hoy, aca, todo esto... No quiero seguir así. Nunca me buscó, nunca me llamó, y entre nosotros había algo. Y desde entonces he intentado no pensar en él, pero es tan dificil cerrar algo cuando el otro desaparece o no quiere hablar. Es tan dificil olvidar. Es como si alguien me hubiese herido y todavía sangrara, y quedaran marcas.
Pero basta, tengo que seguir con mi vida normal. Buscar un trabajo, volver a casa...

Y en eso vio salir a Diana de la universidad. Se abrazaron, no podían creerlo. Otra vez juntas, después de tanto tiempo.
Y se sentaron en la plaza a charla y merendar, Diana le contó que se había recibido, y que había conocido a un joven agrónomo y se casaría a fines de año. Estaba feliz, y amaba a Facundo, su novio.
Erika no podía creer las novedades, estaba feliz pero no reaccionaba, no podía expresar su alegría.
diana le pregunto que le pasaba, y finalmente Erika lentamente comenzó a contarle de su vida en la ciudad, su trabajo con la anciana, su soledad, y sus problemas no resueltos con Cruz. Largó todo, y rompió en llanto. Hacía tanto que no contaba todo esto, como se sentía.
Diana la abrazó y consoló, sin dejar de escuchar cada una de las palabras que su amiga le decía.
Cuando todo acabó, y la angustia cesó, Diana la miró y le dijo: Erika tenes que aprender que no siempre vas a entender porque las cosas suceden. Pero tenes que buscar tus respuestas. No podes lamentarte y seguir pensando en alguien y sentirte asi, no te hace bien amiga.
El asunto con Cruz lo tenes que resolver. Por vos, solo por vos, animate a decirle lo que pensas, animate a preguntarle que pasó, porque todo terminó, porque no te buscó. Y si el no quiere escucharte ni hablar, ya está. Pero si pueden dialogar y tratar de escucharse...

uhhhhhhhh tenia tanta razón; y yo tanto miedo de verlo, de hablar con el, pero sabía que era la única forma de cerrar esta historia y esta angustia.

La abrace y agradecí por sus consejos. Era dura, y directa, y esa era una de sus cualidades que tanto me gustaban. Sabia que podia hablar con ella, y que me aconsejaría lo mejor, sin tomar una actitud de superioridad, o de burla. Así era Diana.

Terminamos de merendar y seguimos hablando del casamiento, de como había conocido a Facundo, y de todo lo que había sucedido en estos tres meses.